Nacimiento de Juana de Arco Domrémy, Francia.
Nacimiento de Juana de Arco Domrémy, Francia.
Experimentó su primera visión en 1425 a la edad de 13 años, tuvo visiones de figuras que identificó como el Arcángel Miguel, Santa Margarita y Catalina de Alejandría, quienes le dijeron que expulsara a los ingleses y llevara al delfín a Reims para su coronación como rey.
A los 16 años, le pidió a un pariente llamado Durand Lassois que la llevara a la ciudad cercana de Vaucouleurs, donde solicitó al comandante de la guarnición, Robert de Baudricourt, una escolta armada para llevarla a la Corte Real francesa en Chinon.
El primer encuentro de Juana con Carlos tuvo lugar en la Corte Real en la ciudad de Chinon en 1429, cuando ella tenía 17 años y él 26. En esa época la suegra de Carlos, Yolanda de Aragón, estaba planeando financiar una expedición de socorro de la asediada ciudad de Orleans. Juana pidió permiso para viajar con el ejército y vestir una armadura protectora, que le fue proporcionada por el gobierno Real.
El ejército siempre estuvo dirigido por un noble, como el duque de Alenzón. Por otro lado, muchos de estos nobles llegaron a afirmar que Juana tuvo un profundo efecto en sus decisiones porque aceptaron sus consejos. Los historiadores coinciden en que el ejército francés se anotó importantes victorias durante el breve tiempo que Juana estuvo con él.
El ejército inglés se retiró del Valle del Loira , uniéndose a una unidad de refuerzo bajo el mando de Sir John Fastolf. Juana instó a los armagnac a salir en su persecución y así ambos ejércitos chocaron al suroeste de la villa de Patay. La vanguardia francesa atacó a una unidad de arqueros ingleses. Los arqueros resultaron derrotados, Fastolf logró escapar con algunos soldados, pero se convirtió en el chivo expiatorio de la humillante derrota inglesa.
Juana y su familia fueron ennoblecidos por Carlos VII como recompensa por sus acciones.
Juana se encontraba con una fuerza del ejército que intentó atacar el campamento borgoñón en Margny, al norte de Compiègne, cuando cayó en una emboscada y fue capturada. Juana permaneció con la retaguardia, que fue rodeada por el enemigo y ella acabó derribada de su caballo por un arquero. Aceptó rendirse ante un noble del bando borgoñón llamado Lionel de Wandomme.
Los procedimientos judiciales comenzaron en Ruan, ciudad sede del gobierno de ocupación inglés. El procedimiento fue sospechoso en varios puntos, lo que luego provocaría críticas al tribunal por parte del inquisidor jefe que investigó el juicio después de la guerra. Los archivos del juicio contienen declaraciones de Juana que los testigos dijeron más tarde que asombraron al tribunal, ya que era una campesina analfabeta y, sin embargo, pudo evadir las trampas teológicas que el tribunal le planteó para atraparla.
Varios testigos presenciales describieron la escena de la muerte en la hoguera. Atada a un alto pilar en la plaza Vieux-Marché de Ruan, pidió a los frailes Martin Ladvenu e Isambart de la Pierre que sostuvieran un crucifijo ante ella. Un soldado inglés fabricó una pequeña cruz que ella colocó enfrente de su vestido.
Cuando Félix Dupanloup fue nombrado obispo de Orleans en 1849 pronunció un fervoroso panegírico sobre Juana de Arco que llamó la atención tanto en Francia como en Inglaterra, tras lo cual lideró los esfuerzos que culminaron en la beatificación de la doncella en 1909. Fue canonizada como santa de la Iglesia católica por el papa Benedicto XV en su bula Divina disponente en 1920.