Se graduó de terapia ocupacional en la Universidad Estatal de San José, para luego trabajar con niños con características especiales de aprendizaje y comportamiento.
Se graduó de terapia ocupacional en la Universidad Estatal de San José, para luego trabajar con niños con características especiales de aprendizaje y comportamiento.
Por un interés vocacional, viajó a África para unirse al equipo del conocido investigador Louis Leakey, quien defendía la idea de que a través de la observación de los primates, comprenderíamos la evolución humana. El proyecto era censar a los gorilas que todavía vivían allí, que estaban en peligro de extinción.
Establece su primer observatorio en Zaire, pero los problemas políticos de dicho territorio la obligaron a mudar su centro de operaciones a Ruanda, en las montañas de Virunga, el actual Parque Nacional de los Volcanes, una zona muy fértil y de espesa vegetación. Entre los habitantes vecinos, Fossey era conocida como nyiramacibili, “la mujer que vive sola en el bosque”.
El fotógrafo Bob Campbell llegó al observatorio para apoyar a Fossey mientras ella se ausentaba por unos meses. Campbell finalmente se quedó tres años, obtuvo 23,000 metros de película de la investigadora y los gorilas, siendo testigo de la comunicación que entre ellos se había creado.
Después de años de observación y acercamiento a un grupo de gorilas, había ganado la confianza de las hembras y las crías; pero un día, el mancho, un espalda plateada, se aproximó a Fossey, era un gran logro que describió así: “Ahora se aproxima directamente, hace una pequeña pirueta y a continuación rueda sobre su espalda dando patadas al aire con las piernas y con una expresión burlona bastante ridícula”. A este macho lo llamó Digit.
Aunque nunca realizó estudios académicos formales, su experiencia, reportes e informes, le permitieron recibir el grado de doctora en Zoología por la Universidad de Cambridge.
Fossey descubrió el cadáver de Digit, sin cabeza, manos ni pies. Esto la llevó a emprender acciones más enérgicas contra los cazadores, y fundó el Fondo Digit, para recabar recursos para la preservación de esta especie de primates. Fossey enterró los restos de Digit junto a su cabaña, sería el primero en ocupar ese improvisado cementerio.
Gracias a los artículos y fotografías publicadas en la revista National Geographic, el Parque Nacional de los Volcanes recibía más turistas que nunca, lo cual incrementaba enormemente los recursos económicos. Además, se contaba con personal y equipo de comunicación con el que se mejoraba el cuidado y defensa del parque.
Publicó Trece años con los gorilas de la montaña, más conocido como Gorilas en la niebla. Con este libro, Fossey evidenciaba la línea que nos une a estos simios, sensibilizando a los lectores sobre el problema de sobrevivencia de esta especie.
A finales de diciembre, es asesinada Fossey en su cabaña; las primeras investigaciones mostraron rasgos de violencia; fue atacada con un machete, utensilio generalmente usado por los furtivos para cercenar a los simios que la propia Fossey defendía. Fue enterrada a un lado de Digit.
Luego de la muerte de Dian Fossey, había 280 gorilas en el Parque; para 2017, se contaron 880. Esto es resultado de las políticas y la defensa agresiva de conservación que se lleva a cabo frente a los cazadores furtivos en Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo, hábitat de los gorilas.